El cultivo de girasol alto oleico orgánico en Argentina representa una alternativa sostenible dentro de los sistemas productivos orgánicos. Al igual que el maíz y la soja orgánica, este cultivo se desarrolla sin el uso de organismos genéticamente modificados (NO GMO), asegurando la preservación de la biodiversidad y el equilibrio natural del suelo.
El girasol alto oleico orgánico es clave para la rotación de cultivos, favoreciendo la regeneración de nutrientes. Además, su producción cumple con estrictos estándares de calidad, garantizando un aceite más saludable, rico en ácidos grasos beneficiosos, y obtenido mediante prácticas que respetan el ambiente y preservan los recursos naturales.